lunes, 21 de diciembre de 2020

Introducción al dream pop: Entre homenajes e insolencias

Antes que todo, una aclaración de mi lugar de enunciación. Esta introducción la presento desde alguien que se acercó al dream pop desde el dark y el shoegaze; por tanto, todo sesgo es una mezcla entre ignorancia e intencionalidad que pretendo mostrar en esta breve columna. 

Homenajes

Siguiendo el hilo de otras listas de reproducción presentadas durante este año en el blog, aprovecho esa introducción para rendir homenaje a dos discos- y bandas- centrales del dream pop. El primer trabajo es Heaven or Las Vegas de Cocteau Twins (1990). El segundo, el Teen Dream de Beach House (2010). Ambos discos son lo mejor que se puede escuchar del estilo, como también nos presentan distintos acercamientos a éste. Por un lado, la trayectoria de Cocteau Twins nos muestra que el dream pop es sólo una de sus posibles etiquetas y que en realidad pertenecen a un plano mayor, mientras que en Beach Huse encontramos una postura más ortodoxa. Tanto en la revisión completa de los discos y el "versus" que encontrarán más en el desarrollo de la lista de reproducción, busca de materializar este punto. 

Insolencias

Esta lista es insolente porque se hace cargo de unas de las controversias que puede encontrarse en la literatura especializada sobre si el dream pop es o no distinto al shoegaze. Al respecto, mi propuesta apunta a que si bien hay diferencias entre ambos, son más los puntos de encuentro. Es por esto que una introducción al dream pop también debe llevar un esbozo al shoegaze incorporando bandas imprescindibles de ese estilo. 

Por último, la insolencia mayor se hace presente por notables ausencias en esta lista de artistas importantes como Julee Cruise o Grouper; pero, quizás la más notoria insolencia, es que la canción de This Mortal Coil presente en la lista es la menos dream pop de lo que puede escucharse, pero también la que más hace puente con esta lectura del estilo más en relación con otros

Dejo abierto el el hilo para sus aportes que permitan profundizar en el estilo. 

El enlace a la lista de reproducción lo pueden encontrar aquí 









lunes, 16 de noviembre de 2020

Rock y literatura.

Del mismo modo en que una banda es influida por otras bandas, la música puede tomar prestado de otras artes para definir su distintivo generacional. 

¿Qué es el pop art, sino la publicidad dedicándose a la pintura? ¿En qué momento el músico se volvió una estrella de cine también? 

La literatura en específico ha aportado a la música dándole elegancia o densidad. Conocido es que Robert Smith de The Cure es asiduo lector de Borges, o que la Rue Morgue (quienes no aparecen en esta playlist) pensaron su blues a dos mujeres considerando la lectura de Rayuela de Cortázar. 

¿Puede un liricista componer sin haber leído, y bastante? ¿Es la palabra la primera forma madura de música, y la música el primer gesto efectivo de comunicación? Un disco es, ante todo, un relato, y la poesía es el proyecto solista de los que nunca tocaron guitarra o piano. 

Tampoco fue incluida Canción de cuna de Chancho en Piedra, pero habría que comparar con The Ramones. ¿Es un músico que lee, un músico inteligente? ¿Por qué los músicos que no se pavonean de leer usualmente repiten mucho las mismas frases y palabras en sus canciones? Planteándonos cuando Residente de Calle 13 dice en una canción, que tampoco participa del playlist: "dices poco porque sabes poco", o las letras de System of a Down, a la vez complejas, novedosas y minimalistas. 

Sin duda, la música también ha influido en la literatura. Tenemos una variopinta fauna de melómanos, desde Lemebel hasta Haruki Murakami. Paula Ilabaca, poeta chilena, cuenta haber tenido su primera iluminación sobre el oficio de escribir al constatar que el epígrafe de una novela era una frase de una canción pop. En su última entrevista antes de morir, a Bolaño le preguntaron cuál era su músico favorito, y después de algo de rodeos dijo que Elvis. 

Hay un diálogo entre literatura y música, y entre música y literatura, del cual este playlist espera dar cuenta y que lo disfruten.

Escúchalo y obsérvalo por aquí.

jueves, 5 de noviembre de 2020

69 copias que son mejores que la original.

Por Maori Pérez. 


Palabras para el acto de la música dependen de su latitud. La música en español se toca, en territorios anglosajones se juega (emparentándose con el teatro, que es una jugada, "a play"), mientras que hay países, mediorientales o próximos a India, quizás Las Filipinas, donde se roba. El acto de la música como un robo es tan antiguo como la música misma. En términos de música clásica, era común pensar que la acústica de la habitación del músico, lo que ocurría sonoramente a su alrededor (discusiones en la cocina, pelambres de pasillo, el canto de los pájaros) influía directamente en sus composiciones. Conocido es el caso de Pachelbel, cuyo Canon le fuera revelado en un sueño por el mismísimo diablo, en una versión mucho más admirable de acuerdo a Pachelbel. (Y no deja de tener sentido que los plagios en ese entonces fueran estos, durante el sueño, de parte de criaturas del submundo, puesto que estaba prohibido repetir el acorde de otro compositor). Sin ir más lejos, los Beatles habrían plagiado, Yellow submarine es idéntica a una popular canción de los años 20, y no deja de ser curioso, porque si hay alguien que está preocupado de los derechos de sus canciones, esos son los Beatles. En música, está bien robar pero está mal que te roben: Lana del Rey, Radiohead, ambos necesitan aire y nada más para amar este negocio de intercambios. Borges solía decir que para imitar o copiar hacen falta dos cosas: el ímpetu de ponerse en el lugar del sujeto a quien se copia, y la admiración, porque no se puede copiar a alguien sin creer que ese alguien estaba en lo correcto. Pensando en nuestra realidad local actual, al poeta Diego Ramírez se lo suele clasificar como Disc Jockey, en tanto su originalidad consiste en cómo juega sus cartas con la originalidad de otros, y esto no es ajeno a la composición musical, ya sea como cita o pastiche, en tanto decir otro, siendo uno y aunque lo otro sea idéntico a sí mismo, siempre conlleva una nueva intención. El símbolo asiático del Yin-Yang me parece apropiado como representación de todo esto, en la medida en que un físico cuántico conjeturaría que original y copia son conceptos discutibles y reversibles, la copia tiene algo de original, la original tiene algo de copia, y la original perfectamente podría ser la copia de la copia y viceversa. Mi experiencia personal como músico ha sido adversa: despierto por la mañana con una tonadita desconocida y atractiva en la cabeza, le meto guitarra, y más tarde alguien me señala que los vecinos habían puesto New Order anoche. Nada nunca es tan tuyo que es tuyo. La siguiente lista es una especie de jornada representativa de cuando una banda o músico ha destacado en una canción que técnicamente no le pertenece. Hay algunos aciertos, pero ciertamente que muchos ejemplos han quedado fuera (pienso en Freedom of Choice de APC o las canciones del Pipiripao o de Cachureos o de 31 Minutos). Además, hay muchos ejemplos que no son, pues, ejemplares, y se puede discutir si superaron al original, y en qué. Ante todo, es un acto de soberana copia, como lo es toda colección de canciones.


Escúchalo (y velo) aquí. 

lunes, 21 de septiembre de 2020

Desde y más allá del mainstream alternativo: Joy Division-Closer [1980]







Seguramente, existe un proceso muy interesante sobre cómo una banda de más de 40 años de antigüedad y que sólo lanzaron dos discos se haya convertido en lo que, paradójicamente, denominamos como "mainstream alternativo". En esta intervención, pretendo situarme desde y más allá de esta etiqueta alrededor de una breve reflexión sobre el disco "closer" el cual, en este caótico 2020, cumple 40 años y la presentación de nuestra lista de reproducción en homenaje. 

El mainstream alternativo de Joy Division en particular ha enfatizado su sonoridad oscura dentro de la escena post-punk alrededor de, sobre todo, su primer disco “unknown pleasures” y algunas canciones publicadas después de la muerte de Ian Curtis. Las consecuencias de ese reconocimiento son que, si bien permite considerar a la banda dentro de un espectro mucho más amplio de estilos, hace que esté en segunda fila el valioso aporte de Joy División a la música “oscura” propiamente tal. Escuchar Closer nos recuerda por qué Joy Division es una de las bandas imprescindibles del dark y, por tanto, sugerimos como una segunda propuesta de escucha, considerar Closer como el primer paso para hundirse en un estilo en particular, más que una obra que aporta a un gran abanico de estilos. 

Sin embargo, si bien justifico la importancia de Closer por su aporte dentro de un estilo en particular, la lista de reproducción que les comparto va más por la línea del “mainstream alternativo”, pero con algunos retoques provenientes desde nuestra esquina. En esta lista no sólo encontrarán desde dónde creemos que se posiciona la banda en materia estilística, sino también la dimensión de Joy Division devenido en New Order, así también le rendimos homenaje al sello Factory Records como la institucionalidad que le permitió a la banda posicionarse. Este último punto es esencial, ya que la existencia de Factory Records nos recuerda la necesidad de una industria cultural que haga crecer el talento. Sin lugar a dudas, el sello debe haber tenido influencias en los primeros pasos de constitución de Joy Division como mainstream alternativo.

Dos caminos de escucha en torno a Closer y a la banda. Uno más abstracto que el otro, pero con el mismo objetivo de incentivar que este disco sea sólo el inicio. 

Puedes descargar el disco aquí durante siete días una vez publicada la columna (21-9-2020)

El enlace a la lista de reproducción se encuentra aquí 


jueves, 27 de agosto de 2020

BLOQUE CONCIENCIAS CHILE 1970-2020: 50 canciones para desmontar la sociedad capitalista

Comunicado: Butalmapu entra al streaming musical.

En el afán de contribuir al determinante histórico que convoca el Plebiscito del próximo 25 de octubre, Butalmapu [Fütalmapu] pone a disposición de todxs su “Bloque Conciencias Chile 1970-2020”, en Spotify

Como colectivo “conservador de su tradición crítica”, La Esquina asume que lo iniciado el 25 de octubre es sólo un medio institucionalizado (pero relevante!) para reconfigurar relaciones de poder, por la vía de la instalación de contenidos normativos anticapitalistas, anticoloniales y antipatriarcales. Sabemos que el horizonte es “otra sociedad”, desmontando estratégicamente la hoy existente.


Las canciones del “Bloque Conciencias…” despiertan, sacuden e interpelan. Incitan a la acción frente a las contradicciones y antinomias de la sociedad actual. Muchas de ellas son gritos lacerantes en contra de su pulsión de muerte (Killing in the name - RATM), dibujan mundos distintos (Santiago - Newen Afrobeat / En horario estelar - Congreso / Deja la vida volar - Mercedes Sosa), apelan a la reconfiguración de las políticas de reconocimiento (La Patria Madrina - Lila Downs / I Am that I Am - Peter Tosh), llaman a abolir las estructuras disciplinares y de control (Fuck Tha Police - N.W.A. / A.C.A.B. - Sara Hebe), denuncian la opresión y violencia salvaje de dichas estructuras (Paco Vampiro - Alex Anwandter), llaman a prender fuego (Sabotage - Beastie Boys) y llaman tomar el poder por parte del pueblo (Gimme Tha Power - Molotov / People have the power - Patti Smith). En definitiva, ir por la búsqueda de lo arrebatado, acumulado, porque lo entregado de vuelta ha sido sólo en forma de explotación y miseria.


Hay espacio también para lo "divino" y post-humano. La sensibilidad de la común convivencia como logro colectivo, que incorpora la distinción de lo que está más allá de la virtud de lo material y corriente (Muevan las Industrias - 31 minutos). La reclamación del espacio para el misticismo y la espiritualidad (Canción de Machi - Beatriz Pichi Malen / Hijo del diluvio - Congreso), la sabiduría del pueblo y la importancia de la consciencia de clase (Soy del pueblo - Carlos Puebla), el culto a la naturaleza y su majestuosidad (Aconcagua - Los Jaivas). Porque lo profundamente humano no se vive sin los pies dados vueltas en la abstracción del cielo (“with your feet on the air and your head on the ground”, Where is my mind? - Pixies), que no concede espacio para escatologías al servicio de la dominación del/la mujer/hombre por el/la mujer/hombre.


Ecos y espectros, más recientes, invocan a la vigilancia y la alerta frente estratagemas que intentan reconstruir nuevas-viejas recetas. La ironía del insuflado aire reformista-progresista (O pequeno Burguês - Martinho Da Vila / The revolution Will be Televised - Jeff Beck), los peligros siempre presentes del fascismo (Antifa Dance - Ana Tijoux), su seducción ((We don’t need this) Fascist Groove - LCD Soundsystem) y vigencia (Todos unidos - Carlos Puebla), en su dimensión oligárquica y capitalista (Pigs - Pink Floyd / Plata ta tá - Mon Laferte). Para desmontar lo existente, los mecanismos de mantención institucional del stato-quo deben ser abolidos. 


En la coyuntura fina, celebramos el alzamiento del pueblo a partir del 18 de octubre (Cacerolazo - Ana Tijoux), y todas las revueltas sociales que claman por dignidad y un proyecto popular (Somos Sur - Ana Tijoux/Shadia Mansour / El Pueblo Unido - Quilapayún), la preferencia por el caos en vez de la “charcha realidad” (Química - Mauricio Redolés), pero también la responsabilidad -que se perseguirá por justicia en tribunales internacionales- por parte de quienes gobiernan (Let’s Impeach the President - Neil Young). No olvidamos.


Por último, como buen Bloque que se precie de tal, la historia y la historicidad. La lección de las luchas que han puesto el cuerpo y las convicciones (Vamos mujer - Quilapayún), aun cuando la cancha sea dispareja (Bella Ciao - Goran Bregovic), los “dinosaurios” y su inercia eventualmente caen (Los dinosaurios - Charly García / Vuelvo - Patricio Manns), si se tiene presente las raíces profundas de la memoria (N’ olviden - Joe Vasconcellos / America - Tiro de Gracia). Para precisamente tratar de hacer historia. Hacer las cosas distintas. Porque, como cierra este Bloque, “nace flor, todos los días sale el sol, de vez en cuando escuchas aquella voz”.


#APRUEBO

#CONVENCIÓNCONSTITUYENTE


Fin del comunicado.

lunes, 22 de junio de 2020

Depeche Mode-Violator [1990]. Homenaje de 30 años

Hace unas semanas, celebramos los treinta años del "corazones" de Los Prisioneros desde esta tribuna inaugurando nuestras listas de reproducción de youtube. Personalmente, si bien ese disco es uno de mis favoritos, no quise escribir nada porque ya tenemos una columna sobre ella en nuestro blog que pueden encontrar acá y que estamos a la espera de otro interesante aporte de una esquinera; por lo tanto, tengo una gran responsabilidad menos. 

Violator es una bomba de (dis)continuidad en dos puntos: Dentro de la música pop en general y  en la trayectoria particular de la banda. En el primer caso, no es una locura pensar que este es el mejor disco de la década de los 80 a pesar de su año de lanzamiento, porque es un disco new wave en todo sentido. Exponente de esa época, pero, al mismo tiempo genera pautas de cómo debe realizarse la música pop de finales e inicio de siglo, al igual que el "corazones", pero con un alcance global. En el segundo caso, sintetiza los trabajos anteriores de la banda, pero también marca un quiebre dando la pauta de lo que escucharemos en los discos que vienen. Las consecuencias de esta interpretación son notorias. Escuchar violator es generarse un parámetro de cómo debió y debe realizarse la música pop después de su lanzamiento.


Considerando esta breve interpretación, publicar el enlace del disco sería insuficiente, por lo que también elaboré una lista de reproducción homenajeando al disco, a la banda y al estilo con el que se rompe y vuelve. En este último punto, me incliné más por acompañar a Depeche Mode con otras canciones y bandas del new wave, más que nada porque es desde  ese espacio  donde tanto la banda como el autor de esta columna enuncia. 


La estructura de la lista de reproducción es escuchar violator completo primero, después de deambular por distintas bandas, escuchar una selección personal de la etapa pre-violator de depeche mode para después continuar viajando por estilos y volver a una selección de canciones de la etapa "madura" post-violator de la banda. 


El disco estará disponible una semana aquí para su descarga a contar de hoy 22 de junio del 2020


Accede a la lista de reproducción en youtube aquí

lunes, 17 de diciembre de 2018

Un aporte a la "deuda histórica" de Butalmapu. Los covers en La Esquina

[Esta columna coincide con el término del retiro filosófico de Butalmapu, el cual se tradujo en una sequía de columnas extendido de casi dos años. En este tiempo, ciertamente las cosas han cambiado: ascendió el fascismo, creció Spotify, volvieron los vinilos de la mano del hipsterío, murió Cornell, Angel Parra, Chuck Mosley, Dolores O'Riordan (… pero la vieja sigue viva). No obstante, en este retiro lo que une a La Esquina no ha cambiado. Pese al paso del tiempo, lo que no varía es ese fondo y foco musical, que sigue reverberando, haya o no palabras escritas para mencionarlo, el zumbido atronador de ella, que todo lo toca y todo lo invade, sigue intacto. Así, no obstante, la centralidad del disco, como absoluto de la Esquina no ha cambiado -y no cambiará- hemos de reconocer la necesidad de abrir la reflexión a otras centralidades. Partiendo, por esta columna de un integrante de un grupo “postamigo” de Butalmapu, Los Chatós, dedicada al COVER (de los que se escuchan…). En las siguientes líneas se sugiere que más allá de todo, los covers son necesarios para la música y su gente. Incluso, quizás, más allá de todo lo que lesionan y puedan dañar a lo original y auténtico.
Butalmapu, en La Esquina]


Columna escrita por Cható (Ignacio Voullieme)

Quiero comenzar dejando en claro que este texto puede ser interpretado como una desvergüenza de mi parte, ya que de música sé bien pocoY es que en verdad es que sé bien poco, y quizás por eso mismo le falto el respeto a los clásicos -a los cuales no conozco en profundidad y confundo constantemente. Difícilmente escucharán de mí "esta canción es la versión del primer disco" o "esta es de cuando estaba el primer guitarrista" mientras suene algo en la radio. Es tan poco mi respeto que creo que jamás he escuchado un disco (conscientemente) de forma lineal, y quizá lo haya hecho trabajando y poniendo un "and justice for all" como banda sonora de una planilla excel o revisando cadenas de correos para pagar un asado. Desde esta insurrección a todo lo que profesa La Esquina, y esa sacrosanta verdad revelada que significa un disco, es que hace un tiempo asumí un placer culpable: ¿y qué tanto?, -"me gustan los covers". Y ojo, no cualquier cover.

Eso de escuchar una canción versionada con otros instrumentos, otra velocidad, otra voz o cualquier cambio de estilo que merezca ser intentado, es, sin duda un placer. Mi placer. Esa sensación que te revuelve la guata, te genera cierto miedo o vértigo mientras avanza la pista, su desarrollo en remates diferentes, eso de no saber para dónde va; como cuando los que saben, improvisan, rapeando o payando en décimas (o el propio jazz, para los más finolis). Pero aquí es distinto por que ya conoces el final. Entonces la tensión la generan tus expectativas respecto de la canción original, y ver cómo se resolvió de una manera diferente la misma ecuación. Una matemática arriesgada. Donde el resultado apuesta por no ser exacto.

La serie los 80 logró generarnos eso con cada temporada en la que se versionó "el tiempo en las bastillas” de Fernando Ubiergo. Sea por Los Miserables, Difuntos Correa, Francisca Valenzuela, Trio Catarata Seca (Macha) y Camila Moreno -si esperabas un ejemplo y referencias de canciones de Queen, ya te dije que esto es sin respeto. Lo bueno de este ejemplo es que creo que es de común acuerdo que cualquiera de estas versiones es mejor que la original, a la cual le daremos el (¿importante?) mérito de ganar el Festival de Viña de 1978, en plena dictadura. 

Entonces esto nos plantea nuevas preguntas: ¿Qué ocurre en estos casos? ¿Qué ocurre si la original es recordada solamente por ser la versión original de una mejor versión? ¿Qué pasa si ya ni siquiera pasa a ser recordada por eso? ¿Qué ocurre cuando en otro país y/o cultura se reversiona una canción y es un éxito de otro nuevo intérprete? En ese sentido varios muchos le deben su éxito a versiones originales que interpretan desde su capacidad -Américo o Chico Trujillo se apropian del reservorio latinoamericano para hacer "su" música y nos sorprendemos cuando en Perú escuchamos "te vas, te vas, te vas" en una canción más lenta y menos enérgica. El Garage Inc. (si, pasé de Américo a Metallica sin asco) es sin duda un ejemplo muy bueno de esto -probablemente sus versiones son muchísimo más conocidas que las originales como el caso de "Die, Die My Darling" de Misfit, "Whiskey in the Jar" de Luke Kelly & The Dubliners, u "Overkill" de Motorhead.

Al comentar sobre esto muchas personas se escandalizan, sobre todo si hablamos de algunos grupos como Agapornis, que enfocan su carrera en transformar a la cumbia los sonidos y letras de distintas bandas, su versión de Persiana Americana hizo sangrar los oídos de los ortodoxos y seguidores de Cerati, ¿pero por qué tanta seriedad? ¿Es acaso una canción intocable como si de Bielsa se tratase? Es como si les diera rabia la sola posibilidad de que esa versión creada reemplace a la original y su creador y disco se vayan al olvido.

Puede que esa cumbia lais sea lo que necesita la música (o la gente), entonces covers como estos viene a actualizar los sonidos, a recontextualizarlosdarle más velocidad o poner ciertos instrumentos volviendo a situar a la canción en un nuevo contexto histórico, nos guste o nos guste, eso lo definirá la gente. ¿Podríamos dotar entonces a los covers una función cultural?,¿una función de actualización sonora de obras que merecen mantenerse vigentes? ¿un electro shock para mensajes que siguen siendo coherentes mas no así su música?

¿Pero si se cambia la música podemos cambiar también la letra? La colombiana Andrea Echeverri de aterciopelados en su versión de "Vagabundear" de Serrat modifica sutilmente la letra, modificación que de seguro el mismo catalán haría en estos tiempos de quiebres culturales al patriarcado. "No llores porque no me voy a quedar, me diste todo lo que tú sabes dar. La sombra que en la tarde da una pared y el vino que me ayuda a olvidar mi sed. Que más puede ofrecer una mujer" dice la versión original, y que Echeverri modifica cambiando la palabra "mujer" por el verbo "permanecer", lo hace casi de manera imperceptible, pero logra sin duda reivindicar el rol del género femenino sin modificar el sentido de la canción. Casos extremos de modificación de las canciones y podríamos posicionarlos en el límite de lo que entendemos por Cover, son las adaptaciones. Grandes ejemplos son los que nos ofrece el futbol desde sus gradas, en donde las hinchadas se esfuerzan día a día en mantenerse actualizadas con la música para enviar sus mensajes de aliento, amenaza o refuerzo identitario. Sin profundizar demasiado en ello presentamos el ejemplo de la "gloriosa Butteler", hinchada de San Lorenzo, reconocida por sus versiones de "Despacito" y "Duele el corazón".

También están los ejemplos intermedios, esos que toman partes de otras canciones dentro las propias- así lo hicieron Los Parkinson en su canción “Papel Floreado” citando a Los Prisioneros insertando la frase que recuerda que “los hippies y los punk tuvieron la ocasión de romper el estancamiento de las garras de la comercialización, murió toda la buena impresión”, lo cual no ocurre solo con letras sino también con acordes o solos instrumentales.

¿Pero por qué alguien querrá decir lo que dijo alguien antes pero de otra forma?, bueno el mansplaining es un buen ejemplo de eso y lo seguimos haciendo, seguimos tomando estímulos ajenos para crear nuestra identidad, nuestra propia ecuación. Cambiar la disposición de los lectores hacia los covers es el objetivo de esta columna, invitarlos a darle oportunidades y a relativizar la originalidad de las cosas. Y cuando estén escuchando algún nueva versión, abran la pregunta: ¿Qué hace de un cover un buen cover? ¿Qué aspectos definen su calidad? Su calidad musical, independiente de la versión original, su estilo y/o la mantención del espíritu o sentido, aparecen como las mejores respuestas. Pero y sí, los covers son necesarios, quizás sin ellos poco sentido tendría la música si no se pudiera re versionar a sí misma, pero como diría el mago “con respeto, con respeto”.


Covers recomendados: