lunes, 24 de agosto de 2015

David Bowie- The man who sold the world [1970]

Debo confesar mi total ignorancia en el conocimiento de las artes del rock, rock pop, hard rock, metal rock y todo acepción que se identifique o asemeje a este estilo. Sin embargo, con la ingenua autoridad del ignaro consumidor de canciones que marcan esporádicas estacionalidades, deseo hablar de “The Man Who Sold the World o El Hombre que Vendió el Mundo”, tema compuesto e interpretado por David Bowie en 1970 en su disco homónimo, según mis desconfiables indagaciones. 

Ahora bien, al referirme a “The Man Who Sold the World”, debo basarme en el cover de Kurt Cobain y específicamente a su concierto unplugged junto a Nirvana de 1993, actuación que evoca una atmósfera presente, el desmembramiento de los valores y principios, de un soborno en silencio, de un éxito apresurado, de un engaño auspiciado, de ilusiones de compra-venta, de un arte tranzado, de la sensación sin respuestas... en qué me he convertido. 

En este sentido es válido preguntarse, tanto Bowie como Kurt, al interpretar este tema, buscaban redimir su verdadera particularidad, pensando qué su arte fue subastado, convirtiéndolo en producto, comercializando su talentosa y audaz impertinencia, tranzando su ya... plastificada rebeldía. 

 En mi opinión, creo que sí, lo pienso como un acto de constricción al libre albedrío, la búsqueda de lo perdido, una resistencia de la frágil esperanza de mantener esa rebeldía. En palabras de Poe, -en su “Corazón Delator”- el culpable de todo lo que pasa en el mundo, él de pactos con satanás, en rendición combativa, en proclamas de remisión, nada ha cambiado a pesar del tiempo. Tales afirmaciones, las realizó en concordancia a los siguientes versos presentes en el tema: 

Nosotros debíamos haber muerto hace mucho, mucho tiempo. / ¿Quién sabe? / yo no, nosotros nunca perdimos el control / estás cara a cara con el hombre que vendió el mundo... 

Entonces “The Man Who Sold the World”, puede ser considerado como la consigna de reivindicación de lo esencial, del amor por realizar algo que te hace feliz, de la pasión a lo que te identifica, lo que te hace diferente, el arte de crear y poder compartirlo, a pesar de haber estado cara a cara con el hombre que vendió tu arte y convertirte en palabras de Pablo Rokha, en “el hombre de la danza oscura/ y el ataúd de canciones degolladas..” en su poema “Aventurero.” 

Nahuel Lorca Lonki 

Descarga el disco aquí

martes, 18 de agosto de 2015

Tomarse en serio las pasiones



No hemos escrito en este blog hace casi tres años. La fecha de esta última publicación (noviembre del año 2012) de alguna manera conmemora el día en el que los tres colaboradores de este sitio empezaban a tomarse en serio otras áreas que eran prioritarias en ese entonces. Al parecer Butalmapu no era compatible con los nuevos desafíos.

Sin duda los resultados de esa aptitud nos han dado cosas buenas. Pero también ha generado nuevas inquietudes. Todas ellas la resumiremos en una sola palabra…Pasión ¿Qué significa la pasión? ¿Tenemos pasiones? Y si es así ¿Cuántas pasiones podemos tener? No tenemos respuestas claras para estas preguntas, pero sí reflexiones que nos motivaron a retomar este blog. 

Lo realizado en el 2012 era un paso necesario, pero injusto. Porque Butalmapu era uno de los espacios donde compartimos, expresamos y almacenamos la pasión por algo tan etéreo como el sentimiento que la origina, pero tan concreto como cualquier objeto… Discos musicales.
¿Perdió  Butalmapu esa característica? Ciertamente no. La explicación de por qué no habíamos escrito es simple y cruda. Nos estábamos tomando en serio muchas cosas, pero esta pasión. Al contrario del mensaje que puede entregar discos como “The Wall” de Pink Floyd (nos debemos hablar sobre ese disco), ‘el muro’ también puede cimentarse desde una suerte de plenitud espiritual, teniendo el mismo efecto existencial. Retomar Butalmapu sería un intento de construir una puerta a ese muro, más que un intento de derrumbarlo.

Sin embargo, estamos conscientes que el mundo ha cambiado sobre cómo se escucha y se piensa la música en la actualidad. Por lo tanto, esta nueva travesía no sólo estará marcada por lo que  ya nosotros consideramos nuestro ‘sello', sino también la exploración y apertura sobre cómo constituir este sitio como un espacio de encuentro, colaboración y resistencia.

Bienvenidos, una vez más, querid@s esquiner@s.