martes, 27 de octubre de 2015

Martinho Da Vila - Canta Canta Minha Gente [1974]

"Soy brasileño. Nací en Duas Barras,
ciudad del interior, 
hijo de campesinos.
Fui criado en las favelas
de Río de Janeiro, América del Sur.
Dedico este trabajo a todos 
los hermanos de América Latina"

Martinho Da Vila, Portuñol Latinoamericano, 1980.


Da Vila mezcla el amplio registro de un hombre de samba solitario. Raro para su época. Pronto entendió que se podía hacer samba a una voz, sin la necesidad de un gran conjunto coral. También, pronto, comprendió, que los ritmos brasileños, sin duda expresión palmaria del sentido y ser brasileño, estaban extendidos, cada uno en su clave y conexión con el resto. Brasil, el país mais grande do mundo, no podía, para Da Vila, bastarse a sí mismo.

Da Vila, como otros de su época, y tan propio de la canción latinoamericana de los 60 y 70, le cantó a su clase. Jugando desde distintas posiciones en O pequeño burguês  o Canta Canta Minha Gente, pone en entredicho las promesas sociales de la época e incluso cuestionando los principales placebos de la cultura brasileña, la samba. Siendo el un hombre de samba. Como proleta devenido en burgués se ríe de la "movilidad social fallida" (ojo ahí Nahuel), de lo penoso de salir adelante, "para tener un buen momento y llorar un buen rato". En Canta Canta..., gran oda a la felicidad brasileña, anclada en su baile y canto colectivo. Ese que todo lo puede, que pese a lo lacerante de la vida, cantando fuerte y alto, al parecer, la vida puede mejorar. Pero¿en verdad todo puede mejorar?, tratando de poner en suspenso un coro que resuena como mantra, se pregunta si acaso la vida mas será que vai a melhorar? 





A Da Vila, no le vienen con cuentos. Que la samba es alegría y sentimiento, qué duda cabe! Pero con Da Vila, la samba también es inteligente y también, en cierto sentido, reveladora.  



viernes, 11 de septiembre de 2015

Terra sureña, sigues incógnita.

A 40 años del Disco “Terra Incógnita” de Congreso. 
1975

Podría decir que empecé a escuchar a Congreso desde niña, al igual que a Los Jaivas, Illapu, Sol y Lluvia, por lo tanto que es un gusto heredado de cuna, de los cassettes de mis taitas o de mis tíxs, de esas canciones que de una u otra forma te revuelven el estómago y no precisamente por tener mariposas, la infancia es mucho más que ingenua nostalgia, pero nada que ver y como siempre me fui por otro carril. De cualquier forma, no fue así, a Congreso lo empecé a escuchar en la “media”, en esos conciertos multitudinarios de 30 bandas y que cada una alcanzaba a tocar 2 o 3 temas, los ya míticos conciertos en el Forestal para el día de la Música.

Ahí, escuché como muchxs, “En todas las Esquinas”, “En Horario Estelar” y “Heroína de Nueva York” y pá! Amor a primera vista, Congreso tenía en ese entonces y sigue teniendo, esa casi atemporalidad, esa frescura que sólo da la creación constante, el  no apegarse a esas instituciones - a esta altura- musicales, con todo el respeto que me merecen otros grandes exponentes de la canción chilena, Congreso para mí, va un paso más allá, musical y poéticamente, son atrevidos, mezclando esos sabores y sonidos antiguos e innovando con nuevas tecnologías y formas rítmicas, la reconocida fusión latinoamericana. Congreso no tienen LA canción que tod@s conocemos, y sí, puede que no sean tan populares como otras bandas de aquellas, pero a quienes los amamos, con cada nuevo disco y cada nuevo concierto, nos dejan más que dichosxs.

Pero no quiero hablar de lo nuevo…

Cuando una tiene la fortuna de ser seguidora de una banda con más de 40 años, tienes muchísimo material para disfrutar, escuchar un disco y volver a escucharlo años después llegando a lugares musicales y de ti misma, que antes pasaron desapercibidos.

Hace unos días fui a un concierto de Congreso y cuando tocaron y cantaron “Vuelta y vuelta” Pancho Sazo contó que Tilo Gonzáles (percusionista y creador de muchísimas obras musicales del grupo), la compuso en plena dictadura militar, expresando esa sensación generalizada para algunxs jóvenes de la época (esta vez sí como mis taitas) que seguían “caminando calendarios, sigo dando vuelta en un reloj, todo se termina en un suspiro y huye alado el eco de la voz, y vuelta y vuelta, planetas y estrellas”, quizás cómo esperando que el impacto ocurriera, que con ayuda de los astros se terminaran esos oficios “…malditos, por meter gente a la fosa”. 

El disco Terra Incógnita no alcanzó a lanzarse como estaba previsto el ’73, claramente sabemos por qué. Sólo se editaron dos canciones “Entre la gente sencilla” y “El Oportunista”. En el año  ’75 y pasando una serie de autocensuras, se lanza Terra Incógnita, segundo disco de larga duración del grupo, y que dado el contexto social y político infestado de muertes, torturas y desapariciones, está escrito en metáforas que para los seguidores de la banda y estudiantes de la época, hacían clara alusión a la represión militar. Pero que afortunadamente, y considerando que las fuerzas armadas de Chile y otros organismos represores del estado no son grandes amantes del arte popular, menos de la filosofía y a la estética, lograron pasar la prueba de los “organismos censores”. Es así como canciones aparentemente entusiastas e inocentes, están cargadas de incertidumbre y desesperación, como “Dónde estarás?” que hace directa alusión a l@s desaparecid@s y “Los Maldadosos” dedicada a ellos, los del oficio maldito, los torturadores.

Mientras que “Entre la gente sencilla”, compuesta durante el Gobierno de la UP, personalmente, me inspira una suerte de confianza, de tranquilidad, quizás desde mi ilusión de esos años pasados que no viví, dónde según cuentan, había más confianza en la política, en los representantes del poder, había algo, y más allá de todo fatalismo, algo que hoy no se ve. Hoy trabajo en las zonas rurales de una partecita del sur de Chile, y hay un silencio, un silencio tan incómodo y la vez doloroso, un silencio producto de imposiciones de ropajes extranjeros, de ideas y formas foráneas “Te vestirán de blanco. No, no, no, no lo queremos ¡deberías ir como tú eres, vestida de araucaria majestuosa, de ola blanca; de pájaro o de noche, de mineral oscuro… de barco luminoso y coralino… de todo lo perenne y verdadero!”

Existe una sensación latente de que miles de cosas pasan bajo nuestros zapatos y no logramos comprender. Pero sí podemos expresar a través de las voces, vientos, percusiones, cuerdas  de ell@s, de quienes consideramos representantes de nuestro sentir, de esas emociones tan profundas y a ratos tan indescriptibles, pero que nos une como seres humanas/os, o por lo menos a algunos.

Congreso refleja también la convicción que lo personal es político, que la forma de construir las relaciones, no solo las sociales, sino las relaciones personales, las del cotidiano, el romance, la familia, son permeadas por los contextos políticos, así como nosotros construimos también esas formas políticas. En este sentido, una de las canciones más hermosas de este disco y de toda su discografía es “Canción de la Verónica”, que siguiendo este disco como el relato de esos años de Chile, nos habla de una relación que podría ser la de cualquier pareja de trabajadorxs - campesinxs “Si te fallo, o me abren, algún año en algún tiempo, si me muero encontraran debajo de mi carne otra carne, hay otro cuerpo modelado”, reflejando esa sensación que hoy podía ser el último día de vernos, de mirarnos, de encontrarnos en los ojos del otro, en esos “Ojitos son tan puros, tus ojitos llenos de sol, tus ojitos me descubren con la pureza de tu tiempito”.

Congreso para mí es una de esas bandas, que más allá de la data de origen, continúan creando y recreando una historia, una historia que es pasado y que también es presente, que es necesario nombrar y renombrar, porque cuando realmente exista justicia podemos perdonar y sanar, pero nunca nunca olvidar.

“Llegará el día, como de arriba,
Cayendo sin saber…
Cómo ni cuándo; la hora
Del juego tremendo ¡ay amor!
Será la vida y muerte juntas:
La ronda que es la final…
Ahí estaremos: tú y yo, todos
Inmensamente alegres, reunidos”


Guajira del Andes 




Links de descarga del disco: Parte 1 y Parte 2




lunes, 24 de agosto de 2015

David Bowie- The man who sold the world [1970]

Debo confesar mi total ignorancia en el conocimiento de las artes del rock, rock pop, hard rock, metal rock y todo acepción que se identifique o asemeje a este estilo. Sin embargo, con la ingenua autoridad del ignaro consumidor de canciones que marcan esporádicas estacionalidades, deseo hablar de “The Man Who Sold the World o El Hombre que Vendió el Mundo”, tema compuesto e interpretado por David Bowie en 1970 en su disco homónimo, según mis desconfiables indagaciones. 

Ahora bien, al referirme a “The Man Who Sold the World”, debo basarme en el cover de Kurt Cobain y específicamente a su concierto unplugged junto a Nirvana de 1993, actuación que evoca una atmósfera presente, el desmembramiento de los valores y principios, de un soborno en silencio, de un éxito apresurado, de un engaño auspiciado, de ilusiones de compra-venta, de un arte tranzado, de la sensación sin respuestas... en qué me he convertido. 

En este sentido es válido preguntarse, tanto Bowie como Kurt, al interpretar este tema, buscaban redimir su verdadera particularidad, pensando qué su arte fue subastado, convirtiéndolo en producto, comercializando su talentosa y audaz impertinencia, tranzando su ya... plastificada rebeldía. 

 En mi opinión, creo que sí, lo pienso como un acto de constricción al libre albedrío, la búsqueda de lo perdido, una resistencia de la frágil esperanza de mantener esa rebeldía. En palabras de Poe, -en su “Corazón Delator”- el culpable de todo lo que pasa en el mundo, él de pactos con satanás, en rendición combativa, en proclamas de remisión, nada ha cambiado a pesar del tiempo. Tales afirmaciones, las realizó en concordancia a los siguientes versos presentes en el tema: 

Nosotros debíamos haber muerto hace mucho, mucho tiempo. / ¿Quién sabe? / yo no, nosotros nunca perdimos el control / estás cara a cara con el hombre que vendió el mundo... 

Entonces “The Man Who Sold the World”, puede ser considerado como la consigna de reivindicación de lo esencial, del amor por realizar algo que te hace feliz, de la pasión a lo que te identifica, lo que te hace diferente, el arte de crear y poder compartirlo, a pesar de haber estado cara a cara con el hombre que vendió tu arte y convertirte en palabras de Pablo Rokha, en “el hombre de la danza oscura/ y el ataúd de canciones degolladas..” en su poema “Aventurero.” 

Nahuel Lorca Lonki 

Descarga el disco aquí

martes, 18 de agosto de 2015

Tomarse en serio las pasiones



No hemos escrito en este blog hace casi tres años. La fecha de esta última publicación (noviembre del año 2012) de alguna manera conmemora el día en el que los tres colaboradores de este sitio empezaban a tomarse en serio otras áreas que eran prioritarias en ese entonces. Al parecer Butalmapu no era compatible con los nuevos desafíos.

Sin duda los resultados de esa aptitud nos han dado cosas buenas. Pero también ha generado nuevas inquietudes. Todas ellas la resumiremos en una sola palabra…Pasión ¿Qué significa la pasión? ¿Tenemos pasiones? Y si es así ¿Cuántas pasiones podemos tener? No tenemos respuestas claras para estas preguntas, pero sí reflexiones que nos motivaron a retomar este blog. 

Lo realizado en el 2012 era un paso necesario, pero injusto. Porque Butalmapu era uno de los espacios donde compartimos, expresamos y almacenamos la pasión por algo tan etéreo como el sentimiento que la origina, pero tan concreto como cualquier objeto… Discos musicales.
¿Perdió  Butalmapu esa característica? Ciertamente no. La explicación de por qué no habíamos escrito es simple y cruda. Nos estábamos tomando en serio muchas cosas, pero esta pasión. Al contrario del mensaje que puede entregar discos como “The Wall” de Pink Floyd (nos debemos hablar sobre ese disco), ‘el muro’ también puede cimentarse desde una suerte de plenitud espiritual, teniendo el mismo efecto existencial. Retomar Butalmapu sería un intento de construir una puerta a ese muro, más que un intento de derrumbarlo.

Sin embargo, estamos conscientes que el mundo ha cambiado sobre cómo se escucha y se piensa la música en la actualidad. Por lo tanto, esta nueva travesía no sólo estará marcada por lo que  ya nosotros consideramos nuestro ‘sello', sino también la exploración y apertura sobre cómo constituir este sitio como un espacio de encuentro, colaboración y resistencia.

Bienvenidos, una vez más, querid@s esquiner@s.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Dead Can Dance - Anastasis [2012]


01.11.2012

Carta Nº 2

"People once believed that when someone dies a crow carries their soul to the land of the dead.  But sometimes something so bad happens that a terrible sadness is carried with it, and the soul can't rest.  Then sometimes, just sometimes, the crow can bring that soul back to put the wrong things right."


-The Crow, 1994


Anastasis es la resurrección. Caminar y volver a respirar. Probar con los pies descalzos el sabor de la arena, recuperando por un segundo el vientre del cosmos. Renacer siendo un pájaro, un elefante, un dromedario o una luciérnaga. Una lágrima del cielo que vuela derredor al ovillo, guiada solamente por el susurro de los vientos... 

El amanecer de un ave mensajera, presa del destierro, resurgida entre los muertos para danzar a sus tambores. Revolcándose en las cenizas de Atenas, los Césares, los Santos, esfinges y dragones; viendo la eternidad como un solo momento. Una realización, no un hecho.

Esa resurrección que nos hace mirar al Sol hasta que los ojos se desangren; llegando tan alto como Ícaro, para caer en las profundidades donde comenzaron nuestros pasos. Recorriendo las entrañas de la conciencia, buscando la ceguera del último respiro. Esa pequeña muerte que espera al final del cuerpo amado…

Es aquel sueño en que nos fuimos de viaje. Donde dejamos atrás el cuerpo ancestral, desvaneciéndonos en la sinuosa tempestad de noches eternas. Entregando el pecho a los rugidos del mar; dispersándonos en el infinito sin comprender el umbral entre la vida y la vida…

Caer en la resurrección es penetrar en lo más profundo de la carne hacia la conquista del universo. Allí no hay tiempo, ni espacio, ni imágenes, ni medidas, ni memorias. Estamos solos frente un cuerpo mutilado. Una mirada perdida, unos brazos cansados, unas piernas inútiles, un torso roído por la estructura, una Tierra abandonada y una Era condenada a su ocaso. Sólo queda esperar el final de los tiempos.  

Todo nuestro pasado es testigo de nuestro presente, pero eso no cambiará nuestro futuro. El cielo se ha convertido en un patíbulo de estrellas, galaxias y planetas que vigilan expectantes el derrumbe de nuestro horizonte. A la distancia, sólo somos capaces de temer la caída del reloj, sin augurar la felicidad que atesora nuestra última esperanza: los muertos danzan en las calles, y las bestias se toman el trono de los libres... 

   Descarga aquí:...


*Como bien saben, esquineros, habitualmente compartimos la  música que comentamos. Esta vez, hemos recibido una notificación de Blogger indicando que se ha presentado la solicitud de bajar ciertos enlaces de esta columna, ya que atentarían contra los derechos de autor de terceros. Por esta razón, nos parece de suma importancia informarles de esta situación a tod@s.



lunes, 15 de octubre de 2012

Marilyn Manson- Mechanical Animals [1998]



Entre mi lectura de  los últimos posts  de defamas y del aporte de un esquinero amigo (no les contaré su contenido para que los lean) y la cuenta regresiva de una tercera  visita a Chile -luego de 16 de años- de Marilyn Manson, me he preguntado sobre la trayectoria de mi experiencia como un oyente (sudaca y chileno) de los discos del maestro (gringo, extranjero y occidental).

La primera vez que oí a Manson fue  a los nueve años a través de un videoclip en el desaparecido canal de cable Wurlitzer el año 1996. Después de haber visto sweet dreams, tourniquet y beautiful people, mi intriga por saber si se hicieron sacrificios de animales, personas u otra cosa relacionada con Satanás en sus dos conciertos anteriores (1996 y 1997) en el país sólo se igualaba al miedo que me provocaba sus videos. En 1999 - ya  todo un “púber”- volví a ver un video de Manson esta vez por MTV y ciertamente la sensación fue distinta, ya que desde ese momento sigo su música.

En 1996 se lanzó Antichrist Superstar  y en 1999 Hollywood in the Shadow of the Valley of Death. En el año en el que le perdí la huella a Marilyn Manson, se lanzó Mechanical Animals. Las razones de por qué no escuché nada de ese disco ni del artista en esos tiempos las desconozco. Pero sí ha sido la principal razón de mis ansias de asistir a este tercer recital.

Descarga el disco en: https://rapidshare.com/files/2325552212/Mechanical Animals.rar



domingo, 9 de septiembre de 2012

La sublimación de la materia: "Alturas de Machu Picchu- Los Jaivas" (1981)

La importación del rock en América Latina tiene en Los Jaivas uno de sus expositores paradigmáticos. La fusión de la psicodélia del rock norteamericano de los 60-70' y los ritmos andinos, encuentran en "Alturas de Machu Picchu" algo que ni Pink Floyd con su Live in Pompeii logró en el '71: el arraigo y la humanidad de las piedras.

Eso lo comprendió -era que no- alguien que no estaba pensando en rock pero sí en poesía. Quién se vio enfrentado al drama de enraizar las palabras con la materia de rocas sin movimiento y representar el pasado de humanidades esfumadas, pudo comprender antes que el rock mismo que éste se basa en la materialidad. Esa capacidad arrebatada en las sociedades modernas de poder verse a sí mismo en aquellos objetos que nos rodean. La parsimonia y silencio de la materia, como si esta fuera totalmente ajena, exterior y olvidada, es la más lastimosa de las ideologías humanas: la creencia de que nos bastamos en nosotros mismos.

Los Jaivas supieron interpretar esa síntesis maravillosa lograda por Neruda en el Canto General. Pudieron darle movimiento a una prosa que enraizó la historia de la humanidad, la de sus creadores, el leit-motiv de toda comunidad por dejar algo el rastro de sus pasos y poder re-encontrarse en ellos. Macchu Picchu, la más expuesta y sacralizada de las ciudadelas incas, pudo ser sublimada al encuentro de la música de Los Jaivas como la mejor de las representaciones posibles: el re-conocimiento de sus creadores con la materia creada, reinstalando la pregunta por cuánto de los que dejamos a nuestro paso son rastros en los cuales reconocernos.

Disfrute y vuelva a las "ruinas" de su humanidad:
Bajar disco en: http://www.mediafire.com/?9uxv73qfgxi0412