lunes, 15 de octubre de 2012

Marilyn Manson- Mechanical Animals [1998]



Entre mi lectura de  los últimos posts  de defamas y del aporte de un esquinero amigo (no les contaré su contenido para que los lean) y la cuenta regresiva de una tercera  visita a Chile -luego de 16 de años- de Marilyn Manson, me he preguntado sobre la trayectoria de mi experiencia como un oyente (sudaca y chileno) de los discos del maestro (gringo, extranjero y occidental).

La primera vez que oí a Manson fue  a los nueve años a través de un videoclip en el desaparecido canal de cable Wurlitzer el año 1996. Después de haber visto sweet dreams, tourniquet y beautiful people, mi intriga por saber si se hicieron sacrificios de animales, personas u otra cosa relacionada con Satanás en sus dos conciertos anteriores (1996 y 1997) en el país sólo se igualaba al miedo que me provocaba sus videos. En 1999 - ya  todo un “púber”- volví a ver un video de Manson esta vez por MTV y ciertamente la sensación fue distinta, ya que desde ese momento sigo su música.

En 1996 se lanzó Antichrist Superstar  y en 1999 Hollywood in the Shadow of the Valley of Death. En el año en el que le perdí la huella a Marilyn Manson, se lanzó Mechanical Animals. Las razones de por qué no escuché nada de ese disco ni del artista en esos tiempos las desconozco. Pero sí ha sido la principal razón de mis ansias de asistir a este tercer recital.

Descarga el disco en: https://rapidshare.com/files/2325552212/Mechanical Animals.rar



1 comentario:

Defamas dijo...

"Perdemos los días y la capacidad de recuperarlos, sin embargo, hay días que no debemos perder nunca", así más o menos rezaba el prefacio del libro POLAROIDS de David Coupland, escritor canadiense de la auto-denominada generación X en los años '90.

La columna me recordó aquello que la música, como recurso, encarna: poder a través de ella per-seguir los rastros de un camino ya andado y poder sentir-nos en él como la primera vez que lo recorrimos.

Incluso ir más allá, buscar y allanar las posibilidades de los caminos no recorridos, los desviados y truncados por las -buenas o malas- decisiones.

Quizás en tu reencuentro con Manson, sabrás por fin, porqué dejaste de oírlo. Total, parafraseando Rilke, "solo retrospectivamente vamos constituyendo nuestro verdadero lugar de origen".