A 40 años del Disco “Terra
Incógnita” de Congreso.
1975
Podría decir que empecé a
escuchar a Congreso desde niña, al igual que a Los Jaivas, Illapu, Sol y Lluvia,
por lo tanto que es un gusto heredado de cuna, de los cassettes de mis taitas o
de mis tíxs, de esas canciones que de una u otra forma te revuelven el estómago
y no precisamente por tener mariposas, la infancia es mucho más que ingenua
nostalgia, pero nada que ver y como siempre me fui por otro carril. De
cualquier forma, no fue así, a Congreso lo empecé a escuchar en la “media”, en
esos conciertos multitudinarios de 30 bandas y que cada una alcanzaba a tocar 2 o 3 temas, los ya míticos conciertos en el Forestal para el día de la Música.
Ahí, escuché como muchxs, “En
todas las Esquinas”, “En Horario Estelar” y “Heroína de Nueva York” y pá! Amor
a primera vista, Congreso tenía en ese entonces y sigue teniendo, esa casi
atemporalidad, esa frescura que sólo da la creación constante, el no apegarse a esas instituciones - a esta
altura- musicales, con todo el respeto que me merecen otros grandes exponentes
de la canción chilena, Congreso para mí, va un paso más allá, musical y
poéticamente, son atrevidos, mezclando esos sabores y sonidos antiguos e
innovando con nuevas tecnologías y formas rítmicas, la reconocida fusión
latinoamericana. Congreso no tienen LA canción que tod@s conocemos, y sí, puede
que no sean tan populares como otras bandas de aquellas, pero a quienes los
amamos, con cada nuevo disco y cada nuevo concierto, nos dejan más que dichosxs.
Pero no quiero hablar de lo
nuevo…
Cuando una tiene la fortuna de
ser seguidora de una banda con más de 40 años, tienes muchísimo material para
disfrutar, escuchar un disco y volver a escucharlo años después llegando a
lugares musicales y de ti misma, que antes pasaron desapercibidos.
Hace unos días fui a un concierto
de Congreso y cuando tocaron y cantaron “Vuelta y vuelta” Pancho Sazo contó que
Tilo Gonzáles (percusionista y creador de muchísimas obras musicales del grupo), la compuso en plena dictadura militar, expresando esa sensación
generalizada para algunxs jóvenes de la época (esta vez sí como mis taitas) que
seguían “caminando calendarios, sigo dando vuelta en un reloj, todo se termina
en un suspiro y huye alado el eco de la voz, y vuelta y vuelta, planetas y
estrellas”, quizás cómo esperando que el impacto ocurriera, que con ayuda de
los astros se terminaran esos oficios “…malditos, por meter gente a la fosa”.
Mientras que “Entre la gente
sencilla”, compuesta durante el Gobierno de la UP, personalmente, me inspira
una suerte de confianza, de tranquilidad, quizás desde mi ilusión de esos años
pasados que no viví, dónde según cuentan, había más confianza en la política,
en los representantes del poder, había algo, y más allá de todo fatalismo, algo
que hoy no se ve. Hoy trabajo en las zonas rurales de una partecita del sur de
Chile, y hay un silencio, un silencio tan incómodo y la vez doloroso, un
silencio producto de imposiciones de ropajes extranjeros, de ideas y formas
foráneas “Te vestirán de blanco. No, no, no, no lo queremos ¡deberías ir como
tú eres, vestida de araucaria majestuosa, de ola blanca; de pájaro o de noche,
de mineral oscuro… de barco luminoso y coralino… de todo lo perenne y
verdadero!”
Existe una sensación latente de
que miles de cosas pasan bajo nuestros zapatos y no logramos comprender. Pero
sí podemos expresar a través de las voces, vientos, percusiones, cuerdas de ell@s, de quienes consideramos
representantes de nuestro sentir, de esas emociones tan profundas y a ratos tan
indescriptibles, pero que nos une como seres humanas/os, o por lo menos a
algunos.
Congreso refleja también la
convicción que lo personal es político, que la forma de construir las
relaciones, no solo las sociales, sino las relaciones personales, las del
cotidiano, el romance, la familia, son permeadas por los contextos políticos,
así como nosotros construimos también esas formas políticas. En este sentido,
una de las canciones más hermosas de este disco y de toda su discografía es
“Canción de la Verónica”, que siguiendo este disco como el relato de esos años
de Chile, nos habla de una relación que podría ser la de cualquier pareja de
trabajadorxs - campesinxs “Si te fallo, o me abren, algún año en algún tiempo, si me muero
encontraran debajo de mi carne otra carne, hay otro cuerpo modelado”,
reflejando esa sensación que hoy podía ser el último día de vernos, de
mirarnos, de encontrarnos en los ojos del otro, en esos “Ojitos son tan puros,
tus ojitos llenos de sol, tus ojitos me descubren con la pureza de tu
tiempito”.
Congreso para mí es una de esas
bandas, que más allá de la data de origen, continúan creando y recreando una
historia, una historia que es pasado y que también es presente, que es
necesario nombrar y renombrar, porque cuando realmente exista justicia podemos
perdonar y sanar, pero nunca nunca olvidar.
“Llegará el día, como de arriba,
Cayendo sin saber…
Cómo ni cuándo; la
hora
Del juego tremendo
¡ay amor!
Será la vida y muerte
juntas:
La ronda que es la
final…
Ahí estaremos: tú y
yo, todos
Inmensamente alegres,
reunidos”
Guajira del Andes
1 comentario:
Interesante post Guajira. Me invita a reflexionar sobre cómo este disco podría involucrarse en formas de (des)politización distintas a las que tuvieron nuestros padres. Quizás la intimidad que se aprecia en las letras que citas y en tu texto sería una nueva manera en politizarnos en la actualidad.
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