La importación del rock en América Latina tiene en Los Jaivas uno de sus expositores paradigmáticos. La fusión de la psicodélia del rock norteamericano de los 60-70' y los ritmos andinos, encuentran en "Alturas de Machu Picchu" algo que ni Pink Floyd con su Live in Pompeii logró en el '71: el arraigo y la humanidad de las piedras.
Eso lo comprendió -era que no- alguien que no estaba pensando en rock pero sí en poesía. Quién se vio enfrentado al drama de enraizar las palabras con la materia de rocas sin movimiento y representar el pasado de humanidades esfumadas, pudo comprender antes que el rock mismo que éste se basa en la materialidad. Esa capacidad arrebatada en las sociedades modernas de poder verse a sí mismo en aquellos objetos que nos rodean. La parsimonia y silencio de la materia, como si esta fuera totalmente ajena, exterior y olvidada, es la más lastimosa de las ideologías humanas: la creencia de que nos bastamos en nosotros mismos.
Los Jaivas supieron interpretar esa síntesis maravillosa lograda por Neruda en el Canto General. Pudieron darle movimiento a una prosa que enraizó la historia de la humanidad, la de sus creadores, el leit-motiv de toda comunidad por dejar algo el rastro de sus pasos y poder re-encontrarse en ellos. Macchu Picchu, la más expuesta y sacralizada de las ciudadelas incas, pudo ser sublimada al encuentro de la música de Los Jaivas como la mejor de las representaciones posibles: el re-conocimiento de sus creadores con la materia creada, reinstalando la pregunta por cuánto de los que dejamos a nuestro paso son rastros en los cuales reconocernos.
Disfrute y vuelva a las "ruinas" de su humanidad:
Bajar disco en: http://www.mediafire.com/?9uxv73qfgxi0412
domingo, 9 de septiembre de 2012
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