CARTA N.
"En tu mundo binario de analgésicas redes y cósmicas constelaciones informáticas, esta carta y la música son mi única esperanza para impedir que sigas devorando el mundo que me verá nacer...
Sí, estoy mucho más allá de la luz de tu horizonte. Aquí permanezco escondido en lo que sobrevivió del paradero donde revisas este mensaje. Eso soy, tu reflejo al otro lado de los límites del tiempo y la razón y te escribo para salvar el último lugar que te quedará por descubrir. En este momento, en este preciso instante, eres tú la proyección de mis gritos al pasado.
Yo no nací en tú Era. Ni siquiera sé si puedes entender mis palabras, pero me vale la esperanza que tus pasos todavía puedan revertir su rumbo. La música fue la interfaz que hizo posible este contacto, sincronizando tu línea de tiempo con la ruta de mi nave, para que levantemos una revolución en el espacio entre mi viaje y tus oídos.
Te escribo desde muy lejos, viviendo en lo que quedó de la Tierra, donde el rezo por la lluvia es lo único que me sostiene. Ya no queda nada. No existe ni el día ni la noche; ni la vida ni la muerte. La Madre fue violada y por sus venas ahora sólo corre sangre negra. Aquí quedamos solamente los parias. Los bastardos del futuro que te inventaron. Así que, no creas nada. No escuches, ni aprendas, ni obedezcas. Concéntrate en lo que existe, porque todo lo demás se desvanecerá al término del último soplido del viento. Porque vives en Babel y de eso, sólo quedarán las lápidas de un paraíso perdido.
Tú y lo que saques de esto, es lo único que puedo llegar a ser. Todo lo que tú has conocido se diluirá entre la codicia y el corazón de la miseria. Esa es la Tierra en mis noches, una hembra derramada por el llanto de los cerdos. Aquí yace mi cuerpo, mi sangre y aquí se secará junto al resto de los cadáveres que todavía deambulan por ahí.
Espero que esta carta exista, pero no sé si saldrá de tus oídos. ¿Qué más se puede esperar de un mensaje sin remitente? Sólo el registro de su propia muerte. Aquí estuvo. Aquí acabó. Nada más importa. Mi cuerpo, que se lo lleve el mar y que en tu recuerdo permanezca el peso de esa Historia que pudiste haber acabado de raíz...
Espero me recuerdes. porque Tú y la música, son y serán lo único que tuve. L.”
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