martes, 7 de octubre de 2008

Señor autodestrucción: Nine Inch Nails- the downward spiral [1994]


A más de algún adulto joven le ha pasado que al llegar a una tienda de discos (de esas que puede ir un adulto común y corriente) a buscar ese material de los led zeppelín o algo de los Iron Butterfly que haga rememorar sus viejos tiempos de adolescente. Ya sea sumido en las drogas, militando en algún partido político o simplemente haciendo nada.

Pero resulta que en esa intrépida búsqueda podría derivar a dos consecuencias igual de desalentadoras. La primera es que simplemente no encuentre los discos o la segunda (que quizás para mi es más escalofriante) que estén ubicados en la sección de “clásicos”. Más allá de la ubicación espacial de esa sección, veo en esta clasificación de clásico un quiebre formalista sobre el pasado y el presente.

Es por eso que esta reseña parte de la base de un criterio atemporal, ya lo demostraron mis colegas el capitán y defamas como un disco o personaje puede ser una imagen de algún momento, ya sea pretérito, presente o futuro. Claro está que ese gran poder temporal conlleva a que a la vez no posea ninguna ubicación en el espacio ni en el tiempo.

The downward spiral refleja eso precisamente al momento de ser parte de ésta generación que empieza viendo películas de vampiros que escuchan los doors o denominándose como la generación “x” y que ahora muchos de ellos ya están empezando trabajar en alguna oficina o ejerciendo alguna profesión. En otros términos, ya completamente familiarizados con esto que podríamos llamar mundo.

Pero la pregunta que nos surge es ¿qué pasa en ese transcurso de una generación perdida a ser simplemente más de lo mismo? ¿Cuáles serían las sensaciones que devienen en ese momento? Por último ¿el habla o el silencio sería(n) suficiente para explicar a las mismas? Obviamente yo nunca podría tener una respuesta como esa, pero si podría sugerir que un disco de Trent Reznor podría ser un acercamiento una posible lectura de ese estado.

Es ahí precisamente donde actúa un disco como este. Dándonos una amalgama de sensaciones: melodías/ ruidos, dominación / libertad, crueldad/clemencia. Presentándose como la banda sonora no de procesos, sino que momentos. Pero también desaparece al momento que cambiamos de etapa en nuestra vida. Es por eso que representa un tiempo pero a la vez no representa nada, por que está condenado a desaparecer.

Es por ello el carácter autodestructivo de un disco como este, es cuestión de los lectores de un blog como el nuestro, el ver si estamos todavía en ese momento y si estamos dispuestos a salir de él.





Bajar aquí: http://www.sendspace.com/file/guby5y

1 comentario:

Defamas dijo...

la espera fue larga, pero sin proponerlmelo escucho downward spiral y me conduzco por caminos que llegan siempre al comienzo, de atras para delante; Hurt es sin duda el comienzo al donde se llega con no menos vertigo a lo que sin duda podria catalogar como la proyeccción incansable de recorrer el camino de NIN como el verdaderamente correcto, aun cuando llegemos al comienzo como lo más agradable de dicho recorrido.