"Soy brasileño. Nací en Duas Barras,
ciudad del interior,
hijo de campesinos.
Fui criado en las favelas
de Río de Janeiro, América del Sur.
Dedico este trabajo a todos
los hermanos de América Latina"
Martinho Da Vila, Portuñol Latinoamericano, 1980.
Da Vila mezcla el amplio registro de un hombre de samba solitario. Raro para su época. Pronto entendió que se podía hacer samba a una voz, sin la necesidad de un gran conjunto coral. También, pronto, comprendió, que los ritmos brasileños, sin duda expresión palmaria del sentido y ser brasileño, estaban extendidos, cada uno en su clave y conexión con el resto. Brasil, el país mais grande do mundo, no podía, para Da Vila, bastarse a sí mismo.
Da Vila, como otros de su época, y tan propio de la canción latinoamericana de los 60 y 70, le cantó a su clase. Jugando desde distintas posiciones en O pequeño burguês o Canta Canta Minha Gente, pone en entredicho las promesas sociales de la época e incluso cuestionando los principales placebos de la cultura brasileña, la samba. Siendo el un hombre de samba. Como proleta devenido en burgués se ríe de la "movilidad social fallida" (ojo ahí Nahuel), de lo penoso de salir adelante, "para tener un buen momento y llorar un buen rato". En Canta Canta..., gran oda a la felicidad brasileña, anclada en su baile y canto colectivo. Ese que todo lo puede, que pese a lo lacerante de la vida, cantando fuerte y alto, al parecer, la vida puede mejorar. Pero¿en verdad todo puede mejorar?, tratando de poner en suspenso un coro que resuena como mantra, se pregunta si acaso la vida mas será que vai a melhorar?
A Da Vila, no le vienen con cuentos. Que la samba es alegría y sentimiento, qué duda cabe! Pero con Da Vila, la samba también es inteligente y también, en cierto sentido, reveladora.